La NASA ha revelado el X-59, un jet supersónico fruto de una colaboración de seis años con Lockheed Martin. La aeronave busca romper la barrera del sonido de manera silenciosa, evitando el estruendo sónico tradicionalmente asociado a los aviones supersónicos.
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Con una longitud de 30,3 metros y un ancho de 8,99 metros, el X-59 cuenta con una nariz cónica diseñada para romper las ondas de choque, evitando el estruendo sónico característico. Equipado con un motor de General Electric, el jet puede alcanzar velocidades superiores a increíbles 1.440 km/h, y se espera que las pruebas de vuelo comiencen aún este año.
El X-59 forma parte de la misión Quest de la NASA, con sede en Palmdale, California, y tiene como objetivo recopilar datos que podrían revolucionar los viajes aéreos, permitiendo el desarrollo de aeronaves comerciales capaces de viajar más rápido que la velocidad del sonido.
La misión Quest no solo busca desarrollar el X-59, sino que también tiene como objetivo demostrar la viabilidad de vuelos supersónicos sin el impacto sonoro que llevó a la prohibición de vuelos supersónicos sobre la Tierra hace más de 50 años. Los resultados de las pruebas se compartirán con reguladores e la industria, pudiendo influir incluso en la revisión de los límites de velocidad de aviones civiles basados en la percepción sonora del X-59.