

El Teniente Senior Stanislav, operador ucraniano del sistema antiaéreo Buk, discutió las peculiaridades del uso del equipo en una entrevista reciente.
En la charla, compartida por el Comando de la Fuerza Aérea, el joven militar de 22 años detalló el funcionamiento de los sistemas de defensa tras la modernización que integró misiles estadounidenses al Buk.
Stanislav trabaja en el flanco este del frente, donde está encargado de proteger las fuerzas terrestres de amenazas aéreas. Los soldados utilizan tácticas de emboscada, restringiendo las capacidades de la aviación táctica rusa.
Según él, los sistemas de defensa aérea de Ucrania siguen siendo uno de los objetivos prioritarios de los rusos. Pero, con la integración de los misiles estadounidenses RIM-7 Sea Sparrow, el alcance del Buk se ha reducido, por lo que los militares deben actuar en la primera línea para que la defensa sea efectiva.
Según Yuriy Ihnat, portavoz de la Fuerza Aérea, esta modernización limitó el potencial del sistema debido al rendimiento inferior de los misiles.
El RIM-7 es capaz de alcanzar objetivos aéreos a una distancia de hasta 20.000 metros y hasta 15.000 metros de altitud. Para comparación, los ahora escasos 9M38 eran capaces de interceptar objetos a una distancia de hasta 32.000 metros y a una altitud de hasta 20.000 metros.
“Ellos [protegen], aunque en un radio pequeño. Los misiles Sea Sparrow podrán ayudar a proteger instalaciones de infraestructura críticas en primer lugar”, enfatizó Ihnat.
Otra desventaja de los misiles estadounidenses está en la reducción de la capacidad de almacenamiento de munición. Ahora, en lugar de cuatro misiles 9M38, los Buk cargan solo tres interceptores Sea Sparrow.
Foto y video: Comando de la Fuerza Aérea de Ucrania. Este contenido fue creado con la ayuda de la IA y revisado por el equipo editorial.