Vea los 5 aviones de combate más rápidos en servicio

Los combates aéreos con aviones de combate han cambiado mucho desde sus inicios, en la Primera Guerra Mundial.

Sin embargo, aunque el factor de velocidad máxima ha perdido importancia debido al avance de la tecnología de armamento, sigue siendo un punto relevante para las aeronaves de combate. A continuación, descubre cuáles son los aviones de combate más rápidos del mundo que aún están en servicio.

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5 – Sukhoi Su-27

Mach 2.35

Surgido en tiempos de la Unión Soviética con la misión de enfrentarse al americano F-15, el Sukhoi Su-27 continúa siendo un caza relativamente popular.

Con capacidad para alcanzar Mach 2.35, se encuentra presente en los arsenales de varios países africanos y ex repúblicas soviéticas. Además de en Rusia y Ucrania.

4 – Shenyang J-15

Mach 2.4

Diseñado como un avión de combate naval, basado en los portaaviones de la Marina de China, el chino Shenyang J-15 es una especie de copia no autorizada del ruso Sukhoi Su-33 y entró en servicio en 2013.

Actualmente utilizado solo por China, este caza es capaz de alcanzar una velocidad máxima de Mach 2.4.

3 – F-15EX

Mach 2.5

El F-15EX es la versión más reciente del veterano caza de los años 1970, que, con la incorporación de una electrónica más avanzada, podrá mantener el avión en servicio en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos durante las próximas décadas.

Una capacidad presente en el EX y en versiones más antiguas del caza es la habilidad de alcanzar una velocidad máxima de Mach 2.5.

2 – MiG-31

Mach 2.83

El MiG-31 es una evolución del MiG-25, con mejoras en alcance, electrónica y maniobrabilidad. Con la misión de interceptar desde bombarderos hasta misiles de crucero, alcanza una velocidad máxima de Mach 2.83.

Entró en servicio en 1981 en la Unión Soviética y aún continúa en servicio en la Fuerza Aérea de Rusia y también en Kazajistán.

1 – MiG-25

Mach 3.2

Cuando entró en servicio en 1970, el soviético MiG-25 era uno de los aviones de combate más poderosos del planeta. Desarrollado para misiones de reconocimiento e interceptación, alcanzaba Mach 2.83.

Pero podía llegar a Mach 3.2 en situaciones especiales, arriesgando daños irreversibles en sus dos motores. O más de tres veces la velocidad del sonido. Actualmente, se considera una pieza de museo en Rusia. Pero sigue presente en los arsenales de Argelia, Libia y Siria.